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El "Cerro de la adoración" y el misticismo que lo rodea.

El pueblo mazateco se caracteriza por ser fiel a sus costumbres, una de ellas es preservar sus espacios naturales, en particular un lugar es de suma importancia y relevancia para el pueblo y para los visitantes nacionales e internacionales, este lugar recibe el nombre de “Cerro de la Adoración” o “Nindo Tokoxo” como es conocido por el pueblo en su idioma mazateco.

El cerro de la adoración es un lugar sagrado para los antepasados mazatecos, ya que en dicho lugar fue donde “Na’in Sonde” (Padre Tierra), dio vida al padre del pueblo del mázatl, que en náhuatl significa “venado”, este personaje recibiría el nombre de “Chikon Tokoxo”, (El Güero del Cerro), fue creado con rasgos físicos que lo distinguirían del resto (tez blanca, alto, cabello blanco), las personas de huautla acudirían al “chikon” con la finalidad de pedir deseos, buenas cosechas, resolver sus problemas y a su vez, él les enseñaría a sembrar y recorrería el pueblo mazateco, cuentan las personas mayores que el chikon te concedería riquezas con el paso de los años sí lo veías recorriendo el pueblo sin tenerle miedo y sin contarle nada a nadie acerca de dicho encuentro.

El día primero de mayo durante todo el día, miles de personas y familias enteras caminan hasta la parte más alta de Nindo Tokoxo “el centro ceremonial prehispánico menos conocido del país”, a más de 2 mil metros sobre el nivel del mar, los mazatecos hablan con su Dios para pedirle ante todo buenas cosechas y no provocar su ira. Tres cuevas habilitadas como altares son llenadas con hojas de laurel, cacao, cera, copal, plumas de guacamaya, huevos de guajolota y algunas flores.

Es para esta cultura una gran fecha, ya que es el comienzo del calendario agrícola mazateco formado por 18 meses, y es el primer día del “chan to” (mes de los frutos), cuando hay que rendirle culto a Chikon Tokoxo. No sólo para agradecerle los favores recibidos durante el anterior año en salud, dinero, amor y bienes materiales. Buscan también con su adoración no despertar su ira que podría, según la creencia, provocar desastres y muerte.

En las faldas del cerro se encuentra el que fuese el hogar de la sabia de los hongos “María Sabina”, donde se ubica hoy un museo en su honor, a partir de ahí comienza un trayecto de aproximadamente 40 minutos, hasta llegar a la cúspide.

Durante la caminata, los senderos por momentos nos regalan vistas del pueblo de Huautla de Jiménez. Si visitas este lugar en verano, por la temporada de lluvias es probable que en varios rincones encuentres hongos, mientras que en otras épocas del año puedes encontrar plantas comestibles como el anís.

El cerro de la adoración es un lugar lleno de historias, mitos y leyendas, que está rodeado por un sinfín de árboles, pastizales en donde puedes descansar, observar la naturaleza y relajarte mientras observas el cielo.

El pueblo mágico de Huautla de Jiménez te invita a vivir esta experiencia por los senderos del cerro sagrado custodiado por el “Chikon Tokoxo”.


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